Sobre mi tristeza cayó
la sábana del amanecer.
Me encintó el cuello,
y el de mi compañera después.
Morí de nuevo ese amanecer.
Otra vez desaparecimos
enfundados por el cielo.
El rocío sudaba sobre nosotros.
Era como si los pájaros
con su ruido nos ataran las manos.
Como si hubieran querido
una fisura en el corazón.
Morí otra vez ese amanecer.
Sabía que no te volvería a ver.
JORGE CONCHA LOZANO
2 comentarios:
Jorge querido: ¡Bello, bellísimo este poema! Tiene dulzura, sensualidad e imágenes inmejorables. Me encantó. Besos...Any
La belleza de algo simple, pero escrito con pureza y espontaneidad...Me encantó...
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