¡Ay, amor, qué difícil es dormir
en esta soledad
de este cuarto
que nació para dos!
¡Ay, amor, la estación del amor se derrumbó
y entre sus escombros
rebusco hoy!
Tanto dolor que en mí dejaron
las pasadas horas de increíble felicidad
hoy sólo es una fría puñalada
instalada en el medio de mi corazón
en el centro del vivir
en el centro del morir
si no vuelvo a sentir tu calor
apremiando mis días
como una copa de licor.
¡Ay, amor!
Amor amor…
¿Cómo puedo seguir
cómo puedo hacerlo
si en mi ser sólo hay frío,
sólo hay dolor?
Dime, amor:
¿Cómo puedo seguir
sin tu calor?
TERESA DRUBE LAUMANN
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