Nunca hube de retornar al mar,
porque allí, mis ojos se anegaron
en la sal de una musa triste.
Me eternice con mi luna de papel
transitando todas las ciudades,
atrapado en el fiel
atardecer.
Pero si debo de volver al mar,
me llevaría un gato francés,
que en galo ronronee dulce.
Justo un cuarto para las siete,
en un nuevo amanecer violeta,
saborearía un café irlandés
viendo el despertar de una flor
húmeda con virtudes
de rocío.
Acurrucaría mis
fantasmas
en una almohada sabor a miel,
escribiría en un segundo dos cosas,
tu nombre niña y mis sentimientos.
SEROMA
1 comentario:
¡Bello!!!!!!!!
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