Calle de los suspiros, amantes clandestinos, luz roja en una esquina.
Silencio tras los pasos de una mujer que busca cerillas y monedas que no pagan la renta pero sacian el hambre de cigarros y vino.
En tanto una paloma perdida en el cemento, queriendo alzar el vuelo se arrima a una ventana de vidrios empañados, sin estrellas o luces que marquen estaciones.
Salta un gato, ladridos de perros vagabundos, el basural recibe visitantes nocturnos que rebuscan sustento entre restos y mugre.
Muchachas de la noche, sus lágrimas ahogan ilusiones quebradas antes de echar raíces. Varones aburridos después de la oficina y antes de escuchar misa.
Postal de lo sombrío. En el burdel se agitan las almas errabundas. Más allá de las vías se bifurca el camino.
CATALINA ZENTNER
1 comentario:
Momentos furtivos que vacían el alma y alimentan el aliento de la vida, que todavía sigue, en medio de la soledad sórdida
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