Sueña con barriletes de colores sobre un campo de anémonas que semejan rubíes desplegados en edredón de encaje y
terciopelo.
En su sueño, asoman
pájaros que beben el rocío hasta el hartazgo, para luego volar dibujando figuras en el cielo, cual ráfagas de etérea
geometría.
Palidecen jazmines, naranjales se doblan al peso de frutos en sazón. Y en un rayo de luna,
Matilde se estremece de azucenas, entona un canto dulce como un rezo y se
tiende a la espera de amaneceres portadores de ventura, para enderezar el rumbo
de aquellos que tejen el destino con alambres forjados en el odio.
Matilde sueña. Y en su sueño de espejos y glicinas, un ángel
se desprende de sus alas y se aleja silbando hacia la noche.
2 comentarios:
Caty: esta prosa poética te pinta como poeta dormida y mujer que sueña más allá de todo. Vos sos Matilde, no me cabe duda. ¡Bella! Te felicito...Any
Ojalá pudiéramos escapar como Matilde, a través de sus sueños, de tanta realidad escandalizante, por comenzar, la de nuestros propios recuerdos...Felicitaciones Catalina
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