viejo poeta libio
protector de las palabras esenciales,
me dijo cierta vez en Tobruck,
sentados bajo un olivo en flor,
cuando ya la tarde
cedía su reinado a la noche.
Me dijo:
¡Cuiden Cuba!
No la dejen sola a las estrellas
ni al canto de las aves.
¡Cuídenla!
porque tienen la noche cerca.
Una breve brisa mediterránea
nos acarició el rostro.
Yo lo miré con respeto
y le estreché la mano
marcada por las cicatrices
del tiempo.
Eso fue en mil novecientos
ochenta y tres.
Hoy entiendo la profundidad
de sus palabras...
Hoy, cuando los misiles caen
despiadadamente
sobre Trípolis.
ERNESTO DEL VALLE
1 comentario:
Cuidar Cuba es y era cuidar una conquista...Ahora habrá que plantear nuevos paradigmas que den nuevas respuestas. La Argentina está dando el ejemplo de muchas cosas...Buen texto de denuncia, dolor y realidad...Me encantó...besos...Any
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