Fluye el agua entre las rocas
como un desgarrador llanto de cristal.
¿Quién le dio para que viviera,
cuerdas de guitarra?
Fuiste tú con tus pensamientos,
quien le puso alas de cascada.
Fue el temor y el orgullo
que hicieron el amor en el agua.
La fuente mana con bravura
por el cause herido de mi tierra.
Son sus ruidos de estruendo
los que hacen oír sus lamentos.
Las voces del río cantan.
Música invasora
sobre un bosque invisible.
Y bajo el árbol,
nuestras sombras.
ANY CARMONA
2 comentarios:
Hermoso poema expresando sentimientos unidos al espíritu de la naturaleza...
Graciela: gracias por tu lectura reflexiva; tus palabras siempre van más allá...Besos...Any
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