Estos ayeres, anduve ausentándome
de los andurriales de mi propia vida.
Esa, que comenzó en un frío julio,
y terminará cálidamente en vos,
el día en que el silencio inalterable
tenga un demencial despertar.
Me anduve andando por mi mismo,
como testigo de un río cristalino,
bajo todas las lluvias de mis tiempos.
No se si has sentido mi ausencia,
o si esta fue una inexistencia
por tus apuros desapercibida.
Atemporal de demonios y miedos,
me dejé estar donde no te acierto
(que es el peor de todos los lugares).
Me alimenté reinventando historias
para olvidar naufragios invertidos,
hasta que esta locura inoportuna,
fatal, se agotó en sus viejas salidas.
Ahora regreso como insensata piedra,
y pienso en voz alta, mientras te sueño.
SEROMA
2 comentarios:
Seroma, querido: se que estuviste ausente, por eso te doy la bienvenida... Besos, hermoso tu poema, pleno de imágenes, sensaciones y palabras que dejan pensando. Te aplaudo, como siempre...Any
Anay:
agradecido... estoy escaso de tiempo y de inspiración.... cariños...Seroma
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