El día Amaneció soleado.
Una que otra nube caprichosa
Aturdía al cielo diáfano;
Majestuoso el sol en el centro.
Despuntó en sombras
Mi alma, paralizada, acallada,
Prisionera de oculta pena.
Quise ponerle brillo,
Revestirla de colores,
Hurtarle ese tono amargo.
Quise proyectar una sonrisa,
Soltar una carcajada,
Escribir un poema de amor,
Arrojar los versos al aire;
Pero no pudo mi pluma,
Garabatear ni una palabra.
Quise despojarme del llanto
Que apremiaba por salir,
Bailando hasta el desparpajo
Una danza enérgica, ruda.
Lluvia que limpie el espanto
Y me conecte con la vida,
Más no hallé la melodía…
Ya se está haciendo de noche
Y el gris no abandona mi alma.
¿Qué me esperará mañana?
Puede que el arco iris…
Puede que la nada…
MYRIAM JARA
1 comentario:
Myri: un alma gris, triste que lucha por cambiar el desánimo. Mañana la esperará el sol brillante porque no menos que eso forjará su riqueza desbordada. Finos pensamientos hechos poesía!...Me encantó...Any
Publicar un comentario