“El alma del filósofo habita en su cabeza; el alma del
poeta, en su corazón; el alma del cantante reside en su garganta. Pero el alma
de la bailarina, tiene su morada en todo su cuerpo”
Alma ,mi sinfonía empieza
atándome los lazos te convoco
son mis dedos animados por sus dedos
en la suavidad de la seda, la pasión de sus caricias
anoche dancé la
coreografía de los cisnes
su alma en mí
presenciaba los movimientos
he sentido sus manos tomar mi talle
la fuerza serena de su cuerpo sostener mi templo
Lo he sentido en la dulce coincidencia de los giros
en su silencio cómplice y etéreo
si se embriagó de mi perfume volátil de azucena
y me brotó del pecho la exaltación por su presencia,
si me turbó su respirar sobre mi cuello
desnuda de su aliento
hoy no he podido despoblarme su ternura,
caminó junto a mi quitando esquirlas de mi espejo de
amarguras
y a mi grácil caricia la llevó de paseo por sus islas.
Alma, no sé dónde hallarlo cuando salga
si existe lejos mío o
está su corazón celosamente a mí encadenado,
si tomó los sonidos de violines para llegar a mi oído a
entonarlos
no sé en verdad en dónde hallarlo,
quizá fue solo el ensueño de mi cuerpo
besándolo en los giros, tatuándolo en mi espalda
hilándolo en la noche de mis sueños
si bogué sobre su corazón y era una sombra
pero algo me dice en lo interno
en la pasión en que hundo mis falanges
en la fuerza con que giro en una punta
en la gacela en mi piel anclada
que lo llevé a mi valle de lirios y de fuegos
que me conoce en la virtud y en el pecado
y me confió su corazón enamorado
No sé si existe Alma
pero sus besos
deseados turban mis sentidos
vedado nada habría
allí donde se encuentran dos latidos
y se celebran en el baile del abrazo
por eso entre mis tules
donde hilaron arcanos cristalinos los milagros
allí tan cerca de mi alma
guardé su corazón enamorado.
MARISA ARAGÓN WILLNER
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