Una fusión de amor,
dos cuerpos que se
entregan,
en lenguaje de
espíritu:
un instante de paz.
Así se fecunda
la certera semilla
de nuestra vida el génesis.
Pronto una madre espera
agarrando su vientre,
en su interior
escucha
la vida en sus latidos:
Un instante de paz
Hay un túnel de luz
que muestra la salida,
¡ es hora de nacer!
Con dolores y lloros
cruzamos el canal,
todavía enlazados
a la matriz materna,
sentimos nuevos mimos:
Un instante de paz
Crecemos,
mayoritariamente,
guiados
en la enseñanza
de la bondad.
Ya pronto,
pintamos las palomas
con sus ramos de olivo
blancas, sobrevolando
lo que no conocemos,
los pueblos de la
tierra:
un instante de paz
Pero un dia a nosotros
Fracción de humanidad
que desconoce el sur,
se nos da por fijarnos
en el mapa mundial,
y vemos hambre ,
enfermedad,
y pueblos enfrentados.
Dibujamos palomas
mas blancas,
Intuimos su gnosis,
pero no llega.
Hay que hacer más.
Entonces…
Mirando al cielo inmenso
que nos cobija a todos,
gritamos:
¿Quién es el causante?
La respuesta no tarda
un eco nos devuelve:
la injusticia.
Nuestra paz no es igual
el mundo está partido:
No hay instante de paz
si tan solo nosotros
sabemos de quietud.
Oramos,
alzamos nuestra voz,
convocamos a aquellos
con el mismo dolor,
nos resistimos
a la violencia
ante toda sorpresa
de los gobiernos
existentes.
Pensamos…
¡Meditemos en grupo!,
es algo realizable.
Uniendo nuestras manos
llevamos luz.
Esa luz natural
alcanza a los seres
hasta el momento hostiles
que se paran,
un rayo poderoso
les atraviesa
y les guía
a retomar
el cauce
del nacimiento,
para todos igual,
y recomenzando,
vuelve
un instante de paz.
Auténtico , real
Y permanente
CARMEN CASTEJÓN CABECEIRA
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