El cerro, echado sobre el barrio.
La pelusa de los árboles cala el cielo,
difumina el borde del morro.
La mañana cae.
Los autos vociferan el apuro.
El ciclista,
atornillado a su bufanda,
pedalea la luz de frío.
¿Qué nos espera hoy?
¿Cuántas monedas del corazón
gastaremos en la tramitación
de las oficinas?
¿Qué nuevo cálculo
nos hará acordar mañana
que no sobra tiempo
para tanta risa junta?
JORGE CONCHA LOZANO
2 comentarios:
Es verdad, no sobra tiempo para tanta risa... Me encanta la forma de "metaforear" la realidad vista una mañana cualquiera, estampa cotidiana que esconde un desliz filosofal, el tuyo. Te felicito...Besos...Any
Ciclistas de cada jornada que comienza...ardua, luchada; que no sabemos si culminará y como...Cada día salimos al pedaleo de un logro, quién sabe si llegaremos...
Publicar un comentario