Heme aquí, situado a tu cadera,
Ebrio de tu esencia milenaria.
Heme aquí, en la orquídea planetaria
de esos senos: pan y primavera.
Voy a tus otoños de viajera,
luna entera de mi fiebre agraria,
viajo por tu isla extraordinaria,
ardiente y febril cual una hoguera.
Susúrrame tus sueños callados
los gritos prohibidos que te brotan.
Ábrete a tus miedos cancelados.
Yo voy a la lumbre de tu pecho.
Libera los licores que te agotan:
nos muerde lo blanco de este lecho.
ERNESTO DEL VALLE
2 comentarios:
Bellas metáforas de amor...
Qué invitación maravillosa, a la vida y al amor que apresura, pues no sabe de esperas... Bello
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