Yo los sentí, los vi…
alguna lejana vez los sentí:
caballos salvajes por mi piel galopar.
Ojos cerrados.
Caballos salvajes en loco tropel.
Encendido carrusel. Caballos
salvajes.
Salvajes corceles blancos… negros…
volar… correr… flotar…
yo los sentí
alguna vez –recordado albor—
eterno alarido –perdido rubor—
yo los sentí
sin miedos, sin dolores:
crines al viento, crines al sol
cascos de fuego retumbando con fragor
yo los sentí
Caballos salvajes –verdes prados—
lluvia de color
espuma viva en el horizonte
¿Dónde están?
¿Adónde se fueron?
Ya no los veo
ya no los siento
ya no me envuelve su verde aliento.
Caballos salvajes llenando mi geografía
estallido de luz en mis pupilas…
ya no los siento ya no los veo ya no corren a mi encuentro.
Horizontes sin sol
crueles me dicen: “no volverán
ya nunca, nunca volverán”.
TERESA DEL VALLE LAUMANN
1 comentario:
¡Ah! esos juveniles y salvajes caballos del pecho que arde con los primeros amores...de cuando nos llevamos por delante el mundo con sólo una ilusión temprana; cuando la pureza desborda el corazón...
Hermoso poema...
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