Sombras
de mi esqueleto,
las
cuencas sin ojos
y el
cráneo sin cabello.
Tu
amor, en la memoria
hunde
el deseo,
en
extramuros de la carroña.
Nada
te arrebata,
ni el
tiempo y la distancia.
Eterno
descansas, en mi abismal recuerdo.
Sombras
de mi esqueleto,
carne
informe dando vueltas
por
el deambulatorio del abandono.
Terrores
prefijados por lo recóndito,
danzante
lengua pegada al fuego
y
sordo útero, desenvolviendo el amor.
Arterias
desvalidas
como
banderas sin nave
en un
mar muerto de escombros.
Nada
nos detiene
en el
huracán prehistórico
de la
materia sensible.
Somos
hijos de la ternura
y
lava de la sabiduría
estallando
en lo finito.
Somos
espíritus amantes
descubriendo
por milagro
habernos
encontrado en esta tierra.
GRACIELA ALFONSO
4 comentarios:
Qué homenaje a la pareja original, la que se amó, la que prodigó la vida...Más allá de todos las muertes, incluyendo las nuestras, esa pareja será de luz, a través de los tiempos...Hermoso
Muchas gracias Graciela por la hermosa reflexión de mi poema.
Poema que nos transporta a los abismos y deliquias del amor y del ser. Gracias.
Ricardo Coplan
Muchas gracias Ricardo por la interpretación de mi poema...
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