¡Atención!
Idiotas, creyeron haberme tenido.
Pendejos, yo ni siquiera soy mío.
Miserables, yo no soy, yo existo.
Perros sumisos, almas indignas,
Si hacen falta bofetadas, las daré…
Préstenme su inútil atención:
No soy de vuestro dios un hijo fiel.
Ni de ustedes un hermano.
Existo grácil sobre el viento,
Entre la carne, desde la luz…
Y mi libre existencia los maldice
Impune, con el revés de mis manos,
Golpearé a vuestro mesías frente a ustedes,
Frente a sus estúpidas caras;
Y les castraré tanta imbécil carcajada.
Y no harán nada, no podrán.
Nunca pueden con nada…
De vuestra tonta paz seré el verdugo,
El voraz que inocuos todos anhelaban.
Quien dará fin a sus sonrientes agonías.
Traguen mi saliva y quizá sepan,
Quizá así adviertan,
Que los nombres no importan
Que lo que brilla es la existencia
Que estamos y ya
Y nada más… no importa más.
¡Atención, ineptos, atención!
Que un asesino está hablando de amor.
ANDRÉS GRENOUILLE
3 comentarios:
Siempre me impacta la belleza de la crudeza de tus escritos y de lo que escribes, una vez màs sin palabras quedo...
Andrés querido: más que ineptos, ellos son los asesinos pero vos, mi niño sabio, sos la dulzura y la claridad y te mereces lo mejor!!...Belleza, fuerza, grito en este poema que te hace maestro...Me llegó muy hondo, te felicito...Besos...Any
¡Ay, me asustaste, Andrés! Pero che, decile al monito ese que no todos somos así de malitos...como él, digo. Uf ¡Cuánta furia contenida, Andrecito! Un poema impactante que de para pensar. Besos y felicitaciones.
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