que tiene visos de
imposible
y una recatada
audacia encogida;
ruda inspiración… que
vuela oteando cimas,
buceando
misterios tierra
adentro,
en esta nuestra
América agreste;
voy hurgando paisajes
con mirada artera y
espíritu audaz…
Me instalo en el
campo sediento y seco
tierra colorada y
pobre donde la tristeza se anida
por desnudez de
lluvias y pisadas descalzas…
me puebla un deseo
inmenso
de coger semillas de
fe y esperanzas,
pintando el paisaje
de pan…
Es una parábola al
tiempo apocado ,
un augur al mañana
ignoto;
hambriento de agua y
niños,
arado activo en
mañana de futuro ardiente…
amanecer un día,
casa, comida,
escuela, zapatos,
presente de risas…
Y…al abrir los ojos,
el mancebo rudo
cae en picada al
averno
desnudando miedos
rebeldes, con el alma insaciable,
llevando el sol a
cuestas, la tierra por piso
y un trozo valiente
de amor…
hacia la espiga
dorada, hacia la hembra morena,
y el bastardo lucero;
amor a las gotas
aisladas que pueblan sus sueños
de un mañana sin
hambre…
y se disipan al salir
el sol,
la tierra seca de
esperas sorbe la humedad
hasta dejarla sin
aliento de vida...
Buscando metáforas de
libertad
se pasa la vida el
nativo, labriego, paisano,
hurgando matorrales
en penitente rebeldía,
escarbando la tierra
sin pico ni arado
y un espacio infinito
hasta el ocaso lejano,
que llena con su
grito de cansancio y hastío…
de futuro incierto,
de niños sin rostros,
de llantos sin
lágrimas...
busca un cuenco de
madera
donde acunar
estrellas para adornar la frente
del pequeño infante y
tiende sus alas,
en la libre intención
de volar…
con el vientre vacío
de lujuria,
las mieses caídas de
sed, hasta besar la tierra
en perpetua
reverencia, y
una larga travesía
hasta llegar al sol…
heredero de
esperanzas, mirada limpia e inocente
mandioca caliente,
camastro desnudo
sueño de escapar…
lejos de esta tierra
seca de destino.
Su vida será un
testamento de esperas y melodramas,
concupiscencias y
ternuras de ángel,
dentro del carnaval
ineludible que se deriva del hambre,
la sed, el cansancio,
la eterna espera...
Vaga un recuerdo por
mis sentires urdiendo mentiras,
cubriendo su espalda
nubes peregrinas ;
y andan los caminos
como alma en pena,
mojando lloviznas, secando aguadas.
Su andar lastimero de
sudores
y angustia de arado,
duerme la siesta
sobre la mesa vacía…
Sembrador de
presentes sin futuros,
laberinto de sueños y
alboradas
con fuerza de
protesta y suavidad de pregones.
NINFA DUARTE
3 comentarios:
Me has abrumado tanto con tu talento, que el único comentario que me atrevo a hacer de tu texto, sin sentirme tan inmensamente pequeña a tu lado, hablando de poseía, es este tan cutre. ¡Besos!
Ninfa: este poema es una belleza que da muestra de tu sensibilidad y tu destreza con las letras. Me encantó amiga, por sus riqueza de vocabulario, su mensaje y su alegoría…Besos…Any
Sensible y sentido poema para reflexionar sobre la vida, me llegó!, Graciela Marta Alfonso
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