Cuando estoy triste
me convierto en árbol,
primero son los
brazos, las manos,
que se mudan en
ramas.
Me acaricia el
viento,
habla conmigo y no es
de mí.
Después la tez, el
cuerpo entero.
Y soy un árbol.
Un árbol que tantea
la noche, cuando
la Luna ilumina,
el bendito camino
sobre la mar.
Árbol lejano, sobre
la ladera,
lejano de tu amor,
desamparado de ti,
errante como una
estrella.
Árbol que se obstina
en dar sombras a esas
golondrinas
vestidas de boda.
No como nosotros...
A veces silencio y
otra vez árbol.
Cuando estoy triste
me convierto en árbol.
FERNANDO TORRES VICO
3 comentarios:
Cuando estoy triste soy un árbol, y la resina son mis lágrimas.
Bello poema, sentido y original. Te felicito...Besos...Any
Gracias por compartir mis poemas y por el encomio.
Saludos y salud.
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