Las olas se clavan
—en el pecho—
simulando un regreso de altas pedrerías
y las rosas muestran el primer
—aroma—
que las manos abrazaron junto al mar
Las estrellas no cesan
de tocar el
violonchelo
multiplicando la hojarasca
de los almendros en flor
Hay suspiros ocultos
que han dejado de llorar
y la luna vestida de novia
lanza miradas
rompiendo el sudor de las batallas
Es como si el último tren
se posase en los
cabellos
como si el regio manantial
ya no tuviese los brazos
—en cruz—
2 comentarios:
LUIS: ¡Es bellísimo este poema, es el mejor que te he leído. Tiene la cuota justa de metáfora y abstracción de tla modo que llega a los sentidos...Te felicito...Any
No sé por qué me he imaginado a la Luna con un velo...
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