La exaltación había estado acuclillada
quién sabe durante cuántos sueños.
Se puso de pie para la festividad
en la mediación del equinoccio
cuajada en la embriaguez fundamental.
Desde su índole de preciosa piedra
se tornó atuendo de luz
en la lentitud de los hemistiquios,
en un largo beso
diciendo cosas al silencio.
Por la sacralización de la ternura
recién llegada.
BEATRIZ ALLOCATI
*del Libro Por la Señal de Septiembre, de Beatriz Olga Allocati
1 comentario:
Es verdad, cuando se encuentran el beso y la ternura se produce una explosión de los astros...Me encantó!...Besos...Any
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