Ya no puedo seguir callando
Mi tiempo se convierte en
lágrimas
Vigilarás el viso de mis laureles
en confabulación con el arco iris
Y por amor lloraste
lo sabe el desconocido
Tántalo de polietileno,
indultado por un coro de
plegarias
Perfidia
alrededor del adefesio sonrojado
Se desmaya el espejismo
Afreza dulcedumbre
Creo que atacaría al atardecer
y las tempestades opacarían todo
el esplendor
de tu falacia obstinada
Dejarte a la noche
porque lloraste, otra vez
lloraste
ALA STRANGE
5 comentarios:
Este poema desata un preludio de campanarios silvestre donde los espejos pluscuamperfectos son el signo oculto de la alta desnudez donde descansa el adagio inacabado...
Nuestros sentimientos, nuestra pluma, y las imágenes de los espejos, todos están inacabados...Tal vez aquí encontremos al menos la punta del iceberg...¡Qué estas páginas sean una suela para pisar el cielo!...Te felicito, Diego...Any
RUEGO PONER LA FIRMA EN LOS "COMENTARIOS"...ANY
Llorar es un efecto reflejo liberador del alma, que busca secar el seco fuego ardiente que nos quema por dentro, y no consigue apagarlo.
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