Balbuceo recuerdos inválidos al auditorio,
Espectros burlones que aun
asaltan mis silencios,
Cansado de buscar una voz
simpática que me sacuda
En el jolgorio de la dialéctica
espontánea.
Ya los rostros se confunden en el
vaivén de la danza
Y las gentes mutan en parlantes
viscerales,
Vociferando no más que
estupideces de saliva,
Negaciones sudadas y manchadas de
sangre,
Deseos mutilados y convicciones
tristes.
Aun sorprendo tu silueta
esquivando mis pasos
Y el calor de tu placer sigue
pariendo mis orgasmos,
Aun escucho tus mentiras en mis
labios…
Hoy la vida resbala por mi rostro de cemento,
Repasando los contornos de mi
rígida expresión,
Mientras busco un último verso
con sabor a epitafio
O una sustancia sacra que me permita
olvidar.
ANDRÉS B. GRENOUILLE
3 comentarios:
Querido Andrés: La sustancia sacra es la poesía que hay en tu alma...Poema crudo que muestra la sensación vertiginosa del espíritu noble y sensible ante el mundo moderno y su gente vulgar...Con imágenes y metáforas inmejorables. Te felicito...Any
Tus palabras, mujer amante, de largos brazos y bellas letras, son la más preciada paga a mi oficio. GRACIAS.
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