Extrañamente
enajenada,
Sintiendo
el cuerpo pesado,
La
mente obnubilada,
Las
manos temblando,
El
corazón agitado.
Haciendo
un gran esfuerzo
Intenté
levantarme;
Las
piernas, débiles,
Se
empeñaban en evitarlo.
Pretendí
abrir los ojos pero
Los
párpados no se apartaban.
¿Cuál
era la razón?
¿El
organismo complotaba contra mí?
La
sangre en ebullición
Obedecía
al cerebro,
Pero
el cerebro, porfiado
No
me explicaba nada.
No
vas a vencerme,
Le
dije, desafiante,
Haciéndole
frente a la imagen
Que
el espejo me mostraba.
Ojerosa,
el cabello enredado;
El
hastío, mueca cruel en mi cara.
Fue
sólo un momento…
La
muerte, solemne y
Antojadiza,
me convocaba
En
silencio sepulcral;
Muy
segura de su triunfo,
Adelantaba
la cita.
Sin
embargo no lo hice,
Solté
el bisturí,
Repugnante
insecto
En
mis manos apretado.
Con
violencia inusitada
Lo
arrojé lejos de mí.
La
vida es sombra valiosa,
Mi
vida también lo es.
No
puedo hacerlo
Estoy
obligada a seguir.
MYRIAM JARA
1 comentario:
Oscuro y delicado. Exquisito.
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