LA LITURGIA DEL ADIÓS por AZPEITIA

Muerto en vida quedé sin yo saberlo,

la bala me acertó en el mismo centro.

Ya no tendrás presencias que ofrecerme,

ni el abrazo mortal de mi cariño.

Testigo es dios de un acto tan solemne,

liturgia del adiós, si a dios preocupa,

promesa de un final si dios existe.

Despedida frugal de un beso fácil,

en los labios ya fríos sin deseo,

en el andén de un tren que lleva lejos

de una mañana helada hasta los huesos.

La sombra fantasmal de un viejo barco,

será la última imagen de un encuentro

que en el fondo le crujen las costillas,

sin velas, sin timón, bogando al pairo,

no espera en otro puerto su arribada.

Perdido entre las olas sin remedio,

será la noche triste que soñamos,

el único recuerdo que nos quede.

Será volver despacio hacia otro lado,

mirar otro horizonte sin pensarlo.

Huir de las mentiras que crecieron

en campos de guirnaldas y de nardos

Heridas las dos manos, hoy me sangran.

Supieron los caminos de tu cuerpo.

Desnudas de malicia acariciaron

el vértigo frutal de un vago sueño,

creyeron el calor que tú les dabas,

las manos inocentes que hoy me queman.

Mentira fue aquel beso apasionado,

servido de tus labios a mi boca,

bebí de aquel brebaje envenenado,

hoy pago la condena de quererte.

Mentira estremecida tus espasmos,

hoy veo que la luz cegó mis ojos.

Tu adiós fue un testamento deshojado.

Mañana volverá el sol a su zenit,

los árboles vendrán a cobijarnos,

un canto de esperanza se habrá ido,

la noche ocultará lo que quisimos…

ser el uno del otro…..

                                      entre suspiros. 

AZPEITIA