Hola, hombre insustituible.
Has regresado de tu periplo sobre los océanos.
Eres como el cormorán que revolotea mi nido.
Como los cándidos delfines que persiguen los barcos.
Tus cuentas de avezado marino interfieren sobre mis cartas,
mientras mi brújula se afana por encontrar el norte.
Hola, señor de las mareas.
No pude prevenir tu abordaje desde las olas.
No pude presentir tu aliento detrás de mí.
Has escrito en la bitácora a través del tiempo
con trazos gruesos en tu libro de viajero.
¿Acaso pretendes encontrar aquel continente soñado,
puerto seguro, donde recalar?
Vienes arribando sin prisa a mi escollera
donde, sobreviviente incauta, me propongo resistir.
Vienes ejecutando partituras nuevas
junto a musicales serenatas de sirenas.
Traes brisas del mar que acarician despertares
acallando tormentas, en mi playa desierta.
Deja tu vida de corsario, toma ya de la cuerda.
Descansa de los vientos abrevando urgencias.
Recoge las velas, que la calma las repliegue,
orillando tus naves junto a mi roca.
Desembarca, amado mío, dulce navegante.
Llegó a su fin, tu largo peregrinar.
ANY CARMONA
*Del libro Treinta poemas de amor
y desamor y un autorretrato
* Mención de Honor Concurso S.A.D.E/ 2009
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