Eros vino a visitarme.
Fue entonces que aprecié tu olor,
tus jadeos incitantes,
tus caricias vehementes,
transitando por mi piel.
La secreción de tu boca
impregnándome el vientre,
acrecentando mi sed,
inflamando la apetencia.
Nuestras lenguas se enlazaron,
me entregué al encanto de tu miel,
gocé y perecí con él,
dos, tres o cuatro, no sé.
La explosión me elevó
al Edén que vislumbré.
Eros vino a visitarme…
Hoy he vuelto a resurgir,
hoy he vuelto a ser mujer.
Autora: Myriam Jara- Navegante Literaria
(Protegido en el Registro Nacional de los Derechos de Autor)
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